12 de junio de 2006

¿Existe el amor, la pasión...?



Hace un tiempo a esa pregunta surgía de mi garganta un no rotundo acompañado de una sonrisa suspicaz y llena de ironía. Ahora me he percatado de cuán equivocada estaba, cuanto tiempo he desperdiciado en negar la evidencia y lo agotador que es ser escéptico.

El amor existe y, como la energía, "ni se crea ni se destruye, solo se transforma". Es lo que creo, creo en el amor, en la pasión, en el beber del otro -ya sea amig@, ya sea madre, padre, ya sea hermano, ya sea amante- en querer ser por tí y querer ser para los demás. Creo en todo eso y creo que su transformación nos mueve.
Nos mueve el amor al hijo, nos mueve el odio de lo que antes fue amor, nos mueve la pasión por el cuerpo y el ser de otra persona, nos mueve el amor no correspondido, nos mueve el egoísmo del querer...
Hay sitio para todo eso, hay sitio para mucho más, siempre hay sitio para el amor, para el sentimiento, para la equivocación incluso, para el dolor por amar...

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