25 de agosto de 2006

Revelaciones

Las Revelaciones son bofetadas
abismos claros y rotundos
aparecen como los amigos pesados
que de pesados no son amigos.
Vienen si, sin avisar
caen como losas
para destruir tu falsa ilusión.

No solo hay Revelaciones divinas
que también desmoronan por dentro
cuando descubres que Dios
no hace falta en tu vida.

No persigo esta Revelación
porque no me ayuda a vivir
quizá me servirá en mi último esfuerzo
y en ese momento dará igual sentir
que Dios es la gran falsa ilusión.

Hay Revelaciones diarias,
bofetadas más reales.
Cuando descubres el baúl
de las verdades que ocultaste.
Cuando ves al otro
donde realmente está.
Cuando escuchas y crees fielmente
las palabras que te dijo.
Cuando abres los ojos
y dejas de llorar.

Entonces, cara de sorpresa,
entonas el “he sido una imbécil”
y comienzas a construir
lo que de ti queda.

Otra Revelación aparece un buen día.
Tienes un saco de responsabilidades,
eres tu único soporte,
sin ti no tienes sentido,
estás solo frente al mundo
y tu mundo te pertenece.

Revelación abismal también
tambaleándote agarras tu vida
para controlarla y creas la nueva ilusión
de que te pertenece
En el futuro otra Revelación te hará ver
cuán equivocado estás.

La historia es una sucesión de Revelaciones
recurrentes en la mayoría de los casos
pero tus abismos son los más reales
y los que hacen que se te caigan
las gafas de no verte.

2 comentarios:

Tamara dijo...

Pero cuando has caído al abismo, surge otra gran Revelación. La de que el camino ya no puede continuar más que hacia arriba. Sólo te queda pegar la patada y tirar para arriba. Y subirás, acompañada de todas tus revelaciones para encontrarte con la definitiva y la mejor: tú misma, con lo muchísimo que vales y eres.
Muchos besos. Impresionante, como siempre.

Avellaneda dijo...

Benditas y jodidas Revelaciones, no queda otra que seguir disfrutandolas y sufriéndolas no?

Gracias mi lectora y amiga.