28 de agosto de 2008

No es una huída



Hay un día en la vida en la que la luz se capta de una manera especial. A ese día mi abuelo lo llamaba “día de ahuecar el ala” y eso fue lo que hizo. Una mañana cogió el petate con el jabón y la maquinilla de afeitar, un ejemplar raído de El Quijote del que nunca se separaba y marchó sin dejar rastro. Desde entonces mi abuela estuvo esperando que tuviera otro día de ahuecar el ala pero que lo trajera de vuelta. Nunca fue así.

Fantaseo con la idea de dónde terminó el muy truhán, pero no pude averiguar nada interesante. Seguro que tenemos familias paralelas con las que nos une el ADN de Jacinto Pascual lo que no sé es si con ellos también tuvo esas “iluminaciones”.

Se han dado más casos como el de mi abuelo en la familia, pero también es verdad que estos hombres cuentan con mujeres que huelen el tufillo de huida a kilómetros de distancia y a la mínima sospecha de que les de por tener un día especial, ellas amenazan con otro no menos real y claro “pues a mi me dan unos días de repartir hostias pedagógicas a quien ose solo ahuecarse el pelo…

Da para mucho esta frasecita en la familia, es siempre el fin de todas las comidas familiares y esto une mucho, porque si nos pusiéramos a hablar de política creo que la familia hubiera mermado en cada navidad y fiestas de guardar

El caso es que hoy, pensando en todo esto, en mi abuelo, en sus ganas de empezar de nuevo sin mirar atrás, he visto la luz del día de un azul intenso, tan intenso que me ha hecho daño, tan fuerte, que ha hecho que me levante del sillón coja mi maquinilla eléctrica, un ejemplar de Cien años de soledad que siempre me gustó y haya salido de casa con la firme idea de no volver.

También es cierto que dejo mi casa un tanto desangelada, mis canarios no creo que me echen de menos en cuanto descubran la puerta de la jaula abierta y la dueña del piso respirará aliviada porque nunca me aguantó.

Claro que no sé que harán con Eugenia…la pobre lleva varios días sentada en el sofá de la sala. Una tarde viendo la televisión, no recuerdo qué era, pero algo le debió hacer tanta gracia que se puso a reír, a reír y a reír y estuvo riéndose durante 3 días seguidos. Ni comía, ni bebía hasta que de repente dejó esa risa tan contagiosa y odiosa y se quedó en silencio, como dormida. No quise importunarla. Total, llevábamos tres años sin dirigirnos la palabra.

Empiezo una nueva vida, con una luz diferente, hoy es el día de ahuecar el ala abuelo, ojalá que me encuentre contigo y al menos intercambiemos nuestros libros y una palmadita en la espalda.

8 comentarios:

Tormenta. dijo...

Hola guapa, si es verdad, si es verdad que empiezas esa nueva vida, te animo a ello y te deseo que de verdad encuentres el camino correcto,¿Habrá alguno? y que valiente eres niña! empezar desde cero no es fácil..

Besos maja,llegas al corazon de todos!!!!!!

EL INSTIGADOR dijo...

Deberías escribir un libro titulado "Merche y su extraña familia". Ya se que el título no es muy original, pero el planteamiento sí lo sería. Me huele a que abandonas el foro y tiras pal norte donde el sol es una bendición y los días claros se reciben como se merecen. Admiro tu valentía y espero que el cambio de rumbo te sea tan favorable que tu abuelo esté orgulloso de ti.

También espero que este día en el que dijiste "Pero qué coño..." no perjudique tu intención de seguir escribiendo estos blogs que tanto me gustan.

Que el viaje te haga feliz.

Besos y ánimos.

Avellaneda dijo...

Antes que nada decir que este texto es ficción, mi abuelo era de armas tomar, es cierto, y mi bisabuelo si que ahuecó el ala varias veces a la argentina pero mi bisabuela sabía agenciar unas hostias pedagógicas que paqué
Simplemente esto era un ejercicio para saber si podía volver a escribir un relato

Tormenta llevo tantos inicios que ya ni se si voy o vuelvo... en cada inicio no me equivocado, espero qeu esta vez, cuando lo haga, tampoco. Un beso compañera

Instigador primero de todo ¡que bien que ya estás de vuelta!!! tengo unas ganas de leer tus historias... Mi familia es tan extraña como todas, ¿daría para un libro? ummm no lo sé, sería aburrido (como casi todas las familias jeje)
Estoy en el norte, llevo tantos días que ya casi me he mimetizado con todo esto, esta larga temporada me está trayendo cosas buenas como pasar grandes ratos con mis padres, como no tan buenas, recordar el porqué me fui de aquí. Volveré, no te preocupes y escribir es mi medicina así que, por ahora, no pienso abandonar los blogs ¡teneis Avellaneda para rato! (se sienteeeeee)

Xiketä dijo...

Ufffff, qué sustoo!!
Cuando he leido tu post ya me pensaba que te ibas como Raindrop!
Y cuando he leido los comentarios todavía lo he pensado más!
Menos mal que lo has aclarado porque hija! menudo disgusto! ;)
Certifico que eres totalmente capaz de escribir un relato, porque es que nos lo hemos creidooo!
Menos mal que tenemos Avellaneda "pa rato", de lo que me alegro.
Besos

Avellaneda dijo...

La verdad que cuando leí los comentarios de Tormenta e Instigador volví a leer el relato por si subconscientemente me hubiera dicho algo a mi misma y se me hubiera escapado jeje, pero no, Xiketa, no me voy, no sé cuanto durará esto del blog pero como para mi es un acicate para escribir, por ahora lo debo mantener. Lo empecé por eso, aunque ahora hay gente ssstupenda que entra por aquí y que merece la pena y me costaría mucho más.
El día que lo deje, si lo hago, seré clara y concisa, nada de relatos ficticios jeje. Y en cuanto a este relato no termina de gustarme, el final me parece cojo pero me ha quitado el miedo escénico

Un abrazo guapa

Basquiat dijo...

me ha encantado que pusieras en el relato que el libro que te llevarias contigo sería 100 años de soledad, lo pensé y también sería de mis primeras opciones., le has dado muy buen ritmo a esta narración y eso de ahuecar el ala, me ha dejado pensando en si sería capaz de alguna vez hacerlo, un fuerte abrazo.

Avellaneda dijo...

El otro día hablando con unos amigos salió el tema de este libro y para mi tiene un sentido especial, fue el libro que en mi adolescencia me reconcilió con la lectura. Tengo que volver a leerlo porque de esto de la adolescencia hace muuuuuuuuuuuuuucho tiempo!!! :)
En cuanto a lo de ahuecar el ala habría muchas maneras de hacerlo, creo que en la vida tenemos varias de esas

Un abrazo grande Basquiat y gracias por tus poesías y palabras en tu blog

Tamara dijo...

Oye, nena...que te quedó redondo este relato...me encantó. Enterito. Muy bueno.
Te animo a escribir más narrativa.
Besitos.