12 de enero de 2010

El amigo de Blautista


Tengo que salir a hablar a toda esa gente que no conozco y estoy como un flan. No saben a quién van a encontrar. Creen que seré el brillante narrador, el encadenador de palabras pero lo que no conocen es que cuando debo hablar en público me bloqueo y mi tartamudeo puede ser devastador. Hasta ahora me oculté trabajando con un pseudónimo, ganándome la fama de misterioso, pero la editorial ya no me ha aguantado más el jueguito.

Me han dado un premio o algo parecido. No creo que lo merezca pero en estas cosas uno no decide y si lo hiciera… ¿qué hubiera pasado si lo hiciera? Posiblemente el beneplácito del que disfruto se acabaría y uno tiene que mantener-se.

A mi escribir me sale solo. Es algo que ocurrió de casualidad, con mi primer cuaderno de primaria. Terminé el curso y en mi libreta de anillas aún faltaban varias hojas por completar. Siempre he sido un tipo aprovechador y para sacar partido a tanto folio comencé a escribir el resumen del último libro que había leído. Si, lo confieso, de niño era un tanto repelente. Me aburrió tanto, me pareció tan inútil volver a contar algo que ya estaba contado que comencé a inventar una historia propia.

Desde ese día es como si eso fuera lo único que calmara mis nervios. Cuando tenía cualquier contratiempo, cuando algo me alteraba o simplemente por simple aburrimiento, un bolígrafo y un cuaderno me ayudaban a salir de esa sensación al menos por un rato.

Mis primeras historias me hacían viajar lejos, a países de los que solo sabía el nombre: Mongolia, Marruecos, Túnez, Perú…

Me enamoré de Perú sin saber siquiera cual era su capital. Me lo imaginé verde y montañoso, lleno de rincones vírgenes, de gentes extrañas y amables. Perú Imaginario era el lugar preferido de mis huidas.

De aquellos días me queda el deseo no cumplido de conocerlo, aun a sabiendas que me decepcionará. Nunca veré al gigante del diente de oro que me acoge en su casa dejándome dormir en su caja de cerillas, ni a la abuela con la que salto a la comba durante horas porque así puede hacer nacer y crecer los arco iris, ni a Blautista el músico del silencio…

Tampoco podré viajar en esa cama con ruedas del patio de Sebastián el leñador enclenque, una cama que vuela a donde quieras y, sobretodo, cuando quieras. Desde allí diviso el mundo y me alejo de lo que no me hace feliz. La de veces que habré cogido yo esa cama de pequeño cuando mi madre sollozaba y mi padre alzaba la voz…

Pero divago mucho. Agradezco que mi imaginación infantil no me haya abandonado, es la única a la que he dejado que me comprenda. Por eso no entiendo esto de los premios, los reconocimientos, el que quieran poner una cara a esas huidas literarias.

Escribo libros que, dicen, ayudan a la gente pero soy incapaz de hablar en voz alta ni delante de mi mismo. No me gusta oírme, siento mi habla salir y empequeñezco y es que, aunque soy el maestro de los libros de autoestima (editorial dixit) la mía siempre me abandona. Irónico ¿verdad?

Han dicho mi nombre, todos aplauden. Me levanto casi inconscientemente y acudo al atril. ¡Dios mío! Acaban de dejar de aplaudir ¡qué de ojos mirándome!
- Desearía coger mi cama voladora e invitarles a viajar conmigo

Aplausos enfervorecidos
- Gracias por esto

Más aplausos y vítores mientras bajo anonadado por el poder de una presencia ¡la mía! Se acabó, tampoco era tan difícil. No quieren oírme, solo quieren ver la carne y el hueso del autor. ¿Por qué se me ocurrió lo de la cama? Llevaba el discurso tan coherentemente escrito…Pero al abrirlo las letras se han ido bailando una conga y solo se me ocurrió esa brillante frase con la que comencé mi primer libro ¡Bravo por mí! He pasado la prueba y aún sigo vivo.

Ahora no sé si con mi ego alimentado de esta manera voy a poder seguir escribiendo libros de MI-ayuda.

9 comentarios:

Avellaneda dijo...

Quiero escribir un cuento y escribo un instante del un autor... esta inspiración hace lo que quiere! :)

Belén dijo...

Jo... yo que estoy medio aprendiendo eso de me sale solo me deja patidifusa!

Besicos

Unknown dijo...

Bueno... es que hablar en público es complejo...y requiere temple... o no sé el que... pero no es facíl..

Quizas por mas por las expectativas pesonales que por las que nos exigen los otros...

... Un abrazo

raindrop dijo...

Esto del miedo de hablar en público es un tema de lo más recurrente. ¿A que sí?
Es raro no encontrarse con gente que lo padezca. Y parece normal: hacer ese esfuerzo para adaptarse a tantas y tan variadas personas a la vez no resulta sencillo. Lo interesante es ver cómo tu prota resuelve la papeleta: siendo él mismo. Que se adapte la audiencia :D

besos

Tamara dijo...

Ay, mi querida Merche...visualizo el día en el que te verás tú así...con tu libro publicado y toda una audencia lectora entregada. ;-D
Hablar en público es un acto valiente, porque en unos minutos has de concentrar tanta energía que puedes terminar agotado o sobreexcitado al recibir también la energía de quien te escucha.
Pero vamos, que siempre puedes empezar por aquello de "When I grew up in a little place called DERIO..." :-D
Un besazo grane, amiga. Me ha gustado mucho.

Avellaneda dijo...

je, Belén es lo bueno que tiene la ficción ¡que todo es posible!:D
Besos

Estrella pues si que es complejo si. Pocas veces he tenido que hacerlo y las veces que lo he hecho han sido... uff horribles! Creo que es por el miedo al ridículo, un poco de falta de confianza. Un abrazo

Mi prota lo ve todo un tanto fácil, desde su guarida sacando la cabeza y la mano para saludar Rain pero bueno, salva la situación aunque no sé, me da a mi que su autoestima volverá a caer cuando esté solo... es un hombre de soledad y de mundos imaginarios donde siempre está más feliz.
En fin, sé que este personaje tiene mucho fondo detrás, ahora a ver si tengo el "valor" de rascar un poco y contar algo más. Un beso

Ay mi Tamaraaaaa jajaja que ya te he dicho que el café te lo pago igual!!! y cuando curre hasta una cena! XD jaja, si, algún día podremos vernos en el atril presentando nuestros respectivos libros eh? Enfinsss, seguiremos intentando escribir que ya es suficiente trabajo.
Como dices que es? "güen ai griu up... " uff mira que es difícil el inglés!!!! XD
Un besazo graaaaaaaaaande para tí también

julio dijo...

Yo creo que ese hombre soltó lo que sentía en ese momento. Si hubiera aguantado un poco más y estado atento a lo que le decía su sentimiento, seguramente al acabar se hubiera maravillado de lo dicho.

Yo creo que la mayoría hemos tenido o tenemos experiencias como esta.

Un abrazo

Avellaneda dijo...

No sé, creo que el hombre se hubiera liado con sus sentimientos, me da que es más de escribir que de hablar... pero sobretodo, y ahi no creo que tengas peros :p es un hombre de sentir
Un abrazo

Sib dijo...

Canguelo... es la primera palabra que me ha venido a la mente despues de leerte. Y es que sentir como se clavan miles de ojos en ti observando cada gesto, cada titubeo
cada inseguridad justificada tiene que provocar pánico.
Pero supongo que algún resorte escondido siempre vendrá a sacarnos del trago,¡¡ somos supervivientes de tanto¡¡¡
Un besazo