3 de junio de 2012

Sin título

Edward Hopper "Morning in a City" (1944)


Muerde la realidad con rabia
con ganas de acabar con ella
Se esfuerza por destrozarla
por revolver las piezas
por jugar con el azar

Tiene una razón poderosa
que utiliza cada mañana
saber que al acabar el día
podrá resumir en una frase
todo lo que ha masticado

Se acuesta muchas noches
con el sabor amargo
de bilis mal administrada
Aterriza sobre la almohada
y la maltrata a reproches

Otras, los sabores son comunes
ordinarios, habituales, corrientes
que tranquilizan su voracidad
A su cabecera le menciona
que hoy el día, simplemente, transcurrió
y cierra los ojos con serenidad

¿Y qué hace con los días
de sabor desconocido
Ese que es resultado
de conversaciones inmortales
de sonrisas, deseos, roces
de complicidades,
de abrazos únicos, irrepetibles
de palabras densas
que se pegan como melaza?

Ahí abraza su cuerpo
retoza sobre su sombra
que ya descansa
y vuelve a repasar cada momento
sintiendo que se posa
en la comisura de sus labios
y obliga a su compañera de sueños
la insta, la ruega, la suplica
que a la mañana siguiente
el despertador la sacuda
con todo ese recuerdo.



Este poema no tiene título pero se admiten sugerencias :o)

6 comentarios:

raindrop dijo...

Pienso que no le hace falta un título, pero si es por sugerir uno me quedo con unas palabras que ya aparecen en el propio poema:
"Compañera de sueños".

besos ^^

Avellaneda dijo...

Gracias por la aportación Rain, creo que lo voy a dejar así, pero es una buena opción porque titularlo "Almohada, compañera de desastres y otras historias" creo que sería demasiado largo :p.
Un beso compañero

EL INSTIGADOR dijo...

Tan grande como siempre. Estoy contigo. No necesita título.

Besos guapa.

Avellaneda dijo...

Gracias Instigador por tus palabras y por seguir por aquí
bss

AnaM.M.N dijo...

Mullida,blanda...maleable,amigable.¡Ahhhh! la almohada, el umbral donde se (des) encuentran sueños e infinitudes...

Besos, abrazos y otras hierbas,Digo,expresiones.

Sergio DS dijo...

El título es innecesario, el poema habla por sí solo y está perfectamente complementado con el cuadro de Hopper.
En ocasiones perdemos más tiempo en buscar porqués a las cosas que en sentirlas.