27 de febrero de 2012

Insumiso suicida



Si las palabras son humo
Los abrazos empujones
Los besos esquivos
Si las mañanas no importan
Las noches protegen
Las horas se burlan
Si cuando llega todos se han ido
Cuando pregunta nadie contesta
Si su voz no tiene vida
¿Para qué seguir la línea que pintaron otros?
¿Para qué atarse la cuerda que controlan otros?
¿Para qué pagar la cuenta que consumen otros?
¿Para qué vestirse con la ropa que explota a otros?
¿Para qué comer los productos que manipularon otros?
¿Para qué habitar las casas que pertenecen a otros?
¿Para qué acunar un sistema que les sirve a pocos?
¿Para qué seguir la estela que inventaron otros?
¿Para qué romper los cristales que aseguraron otros?
¿Para qué gritar con fuerza a los oídos sordos de otros?

¿Dónde están los pudientes?
¿Dónde los banqueros?
¿Dónde los especuladores?
¿Dónde los impuestos justos?
¿Dónde la justicia “democrática”?
¿Dónde el esfuerzo de todos?
¿Dónde el sentido común (antes sentido del despilfarro)?
¿La crisis es culpa nuestra?
¿Es por eso que nos mantienen en “vereda”?
¿Qué sentido tiene mantener algo que le funciona a unos pocos?
¿Por qué esta sensación?
Ser gobernada por un gran padre
que “sabe lo que me conviene
¿Aunque sea robándome la red?
¿Aunque mi dignidad no importe?
¿Aunque el futuro incierto me atenace?
¿Quiénes son éstos que deciden
cuál es el miedo que debo tener?

Me siento como el adolescente rebelde que quiere romper con todo,
alguien inconsciente que cree saber lo que NO hay que hacer
pero se mantiene bajo el yugo porque desconoce
cómo proceder correctamente.