20 de marzo de 2016

HUÍDA INMÓVIL


Quisiera convencerme de nuevo 
Otro mundo es posible 
pero la realidad es una impresentable
Golpea una y otra vez mi conciencia 
cual piñata.

Los pedazos que consigo 
no resuelven la crueldad 
ni el sinsentido 
ni la pobreza 
ni el miedo 
ni el inmovilismo. 

Somos seres conscientes que huyen 
de lo que la conciencia supone.

Cada día el drama se pluraliza 
a la misma velocidad que mi impotencia. 
La ceguera como aliada se acomoda 
llamando a la sordera selectiva.

Mientras la conciencia huye 
me deja esta sensación 
de vacío inútil
mis ojos se  cierran en banda 
deseando que al abrirlos
todo esté perfectamente maquillado 
para poder seguir con la comodidad 
de mi vida inestable.

Esto es un grito inútil 
una confesión de mi futilidad 
una justificación por nacer 
en el lado (presuntamente) correcto del mundo.

No sirve, enoja. 
No soluciona, ni calma
No es suficiente, ni solidario
Mi llanto silencioso
es una lágrima que sonroja.

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