30 de enero de 2011

Cuarenteña

Erase una vez una mujer que nació en una tierra verde, seguramente un frio día de invierno. No sabe si llovía, nevaba o hacía sol pero le daba igual, ¡para preocuparse por el tiempo! Salió de su mami hacia el mundo y a partir de ahí pues… han sucedido 40 años de cosas.

Cuarenta… 40…. c u a r e n t a …

Si es que no me acostumbro. Hace 40 años que estoy por aquí y me han parecido..¿20? bueno igual exagero, quizá unos 35 estaría mejor. El caso es que tengo ya cuarenta años y hay varios tópicos sobre este inicio de década que me ha dado por repasar.

La crisis de los cuarenta… crisis… ahora… crisis con la que está cayendo… (risas)… (más risas)… (carcajada sonora)… (golpes en la mesa)… (lágrimas de risa)…

Ejem… (tos recuperadora) perdón, perdón es que… En fin. La cuestión de la crisis… me pasa como cuando jugabas a repetir mucho una palabra, la repetías tanto que al final te sonaba hasta mal, como si te la hubieras inventado. Así me pasa con esto, que aunque la sufro no me la puedo tomar muy en serio

He dejado de ser treintañera para ser cuarentona, qué mal ¿no? Pues me niego, como digo no soy cuarentona, son cuarenteña y seré cincuenteña y sesenteña y setenteña y entonces… me jubilaré visto lo visto. Aunque igual lucho porque se incorpore, en el nuevo Pacto sobre las pensiones, este artículo que propone Forges (¿Alguno le sobra algún año en su vida laboral?)



Otra cuestión: A partir de cierta edad dicen que se debe elegir entre “cara o culo”… esto… a ver… qué eligo… “Plom, Pito pito, colorito, ¿Dónde vas tu tan bonito? A la era verdadera, pin, pan, fuera.”… uff y ahora donde me hago el botox del culo?

A los cuarenta el arroz ya no está en su punto, comienza a estar pasado… si, se me pasa el arroz con lo que me gusta. Pero bueno, el arroz con leche se come un poco pasado y está rico ¿no? Y con un poco de café es una delicia del paladar.

Hoy cumplo 40 ya y como todos los años me pongo a escribir algo en el blog para autofelicitarme. ¿Y qué puedo contar de estos pasados 40 años? No he subido al Everest es más, el monte más alto que he subido no creo que supere los 500 metros. No he tenido hijos y como dicen se me está pasando el arroz, no me he casado y por ende ni divorciado ni separado, no he escrito un libro, no he plantado un árbol aunque últimamente me he dedicado a la jardinería con escaso éxito.

Pero en estos 40 años he conocido a mucha buena gente (a otra no tan buena pero eso es cuestión de olvidar), he escrito en un blog, próximamente colaboraré en una revista digital, he tenido sobrinas y sobrinos, incluso me he dedicado a adjudicarme sobrinos y sobrinas putativas, he querido y quiero, he compartido mucho tiempo de charlas para arreglar el mundo…

No, no, no os confundáis, no estoy haciendo un recuento de mi vida, no estoy escribiendo mis memorias y no lo hago porque mi memoria es a veces demasiado frágil… por cierto, ¿de qué hablaba? Ah si, que bueno he hecho muchas cosas y me he percatado que la vida es planear y no conseguir, conseguir y no planear, es decir, sorpresas y buenos momentos. ¿Los malos? Pues también, pero mejor ir acumulándolos en la P de papelera después de haber sacado lo mejor de ellos.

Conclusión:
Cuareteños del mundo, ¡uníos! Disfrutemos de la mejor década iniciada! :D

12 de enero de 2011

Sentido Común


En el sentido de las agujas del reloj
el común de los mortales
circula testarudo y reincidente
siendo las horas pan de cada día
gotas del grifo mal cerrado
abrigadamente constantes

Así pasan los días
redondeando las memorias
suavizando las ausencias

La erosión del recuerdo
hará sus cantos rodados
y rodando pasarán
para hacer más suave el nexo
entre la vida y la muerte

Todo tiene un devenir
cubierto de mohos
de verdes esperanzas
Vida así tal cual
impenitente

El sentido de las agujas del reloj
del común de los mortales
no cejará en su ruta

Perdamos la aprensión
a conseguir puntualidades.
No olviden dar cuerda
a los sentires y repasos
que no es cuestión de parar
el devenir de los senderos
del manto de los proyectos