27 de septiembre de 2007

Acróstico personal


H
éroes, son anónimos
Amores, me alimentan
Silencios, sé interpretarlos

Ausencias, no las entiendo
Muertes, las condeno
Alegrías, las cultivo
[Mentiras, con ellas convivo]*
Decepciones, las ignoro
Odios, los evito.
? Mil dudas...

Miedos, aprendo a alejarlos
Infancia, me desconcierta

V
ejez, me provoca ternura
Idiotez, tengo momentos
Diálogo, imprescindible
Amigos, los descubro

J
uventud, me reta
Ultimo, tu beso
Empatía, mi principio
Guión, futuro
Abrazos, los atesoro

A
tardecer, el despertar de los sentidos

Egoísmo, mal común
Soledad, mi amada
Orgullo, el desconocido

*Después de un tiempo me he dado cuenta que este verso aunque es cierto, sobra... Sorry.

25 de septiembre de 2007

Felicidades FOGONAZOS

Hoy es el cuarto cumpleaños de un espacio que es una de mis visitas diarias y que recomiendo a todo el mundo desde este pequeño blog: Fogonazos .
Fue el primer blog que descubrí cuando empecé en este mundo cibernauta. Estaba buscando algo sobre el Oso de Tolstoi, me topé con él y desde entonces es una de mis visitas obligadas. Cada post es un asombro, como en el que cuenta que en Munich hay gente que hace surf o que en Mauritania hay playas fantasmas.
Somos muchos los que le leemos, aquí y en muchos puntos del mundo, pero se lo merece. Vaya desde aquí mi más sincera felicitación y espero que siga así muchos años más.
Os dejo el montaje que ha creado con las imágenes de sus mejores post.

23 de septiembre de 2007

Amig@**


Es la amistad un puente infinito
aquel que te cruza de punta a punta
señalando cada ápice de tus dudas.

Afianza un camino incierto pero firme,
juega con secretos, medias verdades,
sonrisas, risas, palabras, miradas,
momentos vacíos, silencios llenos,
sentimientos claros sin poder ser dichos
Amigo te quiero decir que te quiero decir que te quiero.

Te convido a acompañarme,
a escuchar, a hablarte.
Amigo sin ti sería diferente,
miraría sin tus ojos
con lo que mi ceguera sería crónica.

Mira dentro, te invito a mi rincón.
Si me ves silenciosa,
comparte mi silencio.
Gracias por tu respeto
por tus palabras
perdona mis juicios
mis torpezas y olvidos.

Acompaña mi soledad
sé parte de mi historia.

Gracias por estar ahí siempre


** Poema por terminar (hay tanto que decir...)
Es en la segunda vida cuando vienen los arrepentimientos, así que, no pierdas en eso tu tiempo

10 de septiembre de 2007

Limpieza Kármiko-Episódica

Estoy de limpieza kármico-episódica en casa. ¿Qué es eso? Pues muy sencillo, son fases de todo ser humano que es poseído, en un pequeño o alto porcentaje, por una urraca que se afana en atesorar y acumular cosas inservibles debe pasar tarde o temprano.

Es mi caso, pero no solo acumulo enseres y trastos, también tengo un punto literario por decirlo de un modo más romántico. Mi madre acuño un día el término “la papelitos” (o papelorios) por mi tendencia a guardar cualquier trozo de papel escrito, garabateado, dibujado que tuviera algún sentido para mí. Efectivamente, todos lo tenían y lo siguen teniendo.. .

Tengo documentos de mis primeros escritos, esos que perpetré cuando ni siquiera sabía escribir. No sé que edad tenía pero me dedicaba a trazar líneas y líneas en cualquier soporte que pillara (libros, cuadernos, folios). Para mi era como si estuviera escribiendo historias que me contaba a mi misma, imitaba a mis hermanos tan mayores y listos… Era la ilusión que me hacía; que sabía escribir y que mis hermanos eran listos. También tengo papelitos adolescentes intercambiados en las clases con las amigas de la edad del pavo; mis primeros poemas; esos dibujos que hacía a mi madre para pedirle perdón (“Mamá, no lo volveré a hacer… ¿me dejas ir a la excursión de Santander?”). Recuerdos…

Pero hoy ha tocado limpieza kármica en mi habitación y en este caso no de papeles. Estoy de crisis, existencial, de cambio, de cerrar baúles o de cederlos, no lo sé. Pero me ha dado por vaciar mi armario ¡Atomarporculo la ropa!.

Me ocurre con el vestuario como con los papeles aunque en este caso el acúmulo no se retrotrae a mi infancia. Seguro que lo que cuento les ocurre a muchos, por ejemplo, ese pantalón vaquero que algún momento de vuestra historia lejana, muy lejana os entró y que ahora ni con el mejor aceite de oliva virgen pasaría por los tobillos. A mi me ocurre con los pantalones y con centenares de camisetas que en su día me quedaban estupendas y ahora marcan hasta la fecha caducidad de mis más pequeñas lorzas.

He guardado esa ropa (ahora se resume en una gran bolsa) durante varios años con la plena seguridad de que en algún momento sería capaz de ponérmela. Pero definitivamente ha sido la prueba que demuestra las siguientes teorías en las que creo firmemente; mi cuerpo bien al sol, bien bajo la lluvia, con frío o con calor se ensancha y nunca vuelve a su ser y toda la ropa que durante una temporada no ve un rayo de sol encoje. Irrefutable e indiscutible. He dicho.

El caso es que he abierto el armario y me he transformado en la maniática de la limpieza de la república independiente de mi casa… Fuera cajas, perchas, toallas, vaqueros, bolsas, bolsos… y una vez todo fuera una voz en mi interior me ha dicho “no te engañes, ahí no entras; Ese vestido no puedes transformarlo en camisón; Esa camiseta era bonita en los… bueno no ha estado nunca a la moda. Tírala, tíralo, ¡¡¡TIRALOS!!!”. Pasadas unas horas he dejado el armario medio vacío, un poquito también vacía mi pena y he llenado una gran bolsa con la ropa de esa mujer que ya no soy.

Iba a seguir con el resto de la habitación pero este estado psicológico tiene sus tiempos. De ahí que sea una limpieza karmica y episódica. Este ha sido el primer capítulo pero promete continuación, aún no se me ha quitado esa sensación denosequé.

Creo que dentro de poco habrá un cambio en mi vida, lo presiento… por ahora debo de hacer una visita a H&M que el armario se me ha quedado un poco huérfano y necesito retroalimentar mi futuro karma.

5 de septiembre de 2007

REGRESOS


El regreso
te torna torpe, inseguro,
distante, distinto.
Mirar y no reconocer
todo aquello de lo que provienes.
La edad es inexorable
con todos, con todo.

El regreso es
incertidumbre
para el que vuelve a mirar
aquello a lo que no pertenece.

No me gusta volver
solo quiero regresar
con sufrimiento momentáneo
de lo dejado atrás.

La edad avanza,
evolucionas y regresas
para estancar momentos
que no se repetirán,
que no quisieras repetir.

No pertenezco
pero soy,
no soy
pero me pertenecen.

La lejanía da esa perspectiva.

Vuelves y encuentras
huecos añejos,
miradas tanteantes
vueltas y novedades,
rencores olvidados,
nuevos odios y desprecios,
problemas inconclusos
eternos sinsentido.

Regreso siendo ahora
y descubriéndome
en el ayer.