Mientras se asientan nuestras incongruencias
en una estructura propia, caótica y perfecta,
avanzamos tanteando lo que ya somos
una y 53 veces más
"...¿Has tenido alguna vez miedo de meter a alguien tan adentro, que sabes que no podrías volver a arrancarlo de ti sin desgarrarte, sin perder parte de ti al hacerlo...?"
Mientras se asientan nuestras incongruencias
en una estructura propia, caótica y perfecta,
avanzamos tanteando lo que ya somos
una y 53 veces más
He abierto el armario buscando algunos de esos recuerdos para poder encarar adioses que no quiero dar.
El olor a veranos lejanos, las risas, las inocencias, rodajas de sandía fresca, minutos lentos y cálidos han saltado incontrolados sobre mis nostalgias.
Tras enumerarlas he vuelto a envolver todo con cuidado en el mismo papel para otros "luegos".
Sigo sin ser capaz de despedirme, me cuesta contar las ausencias, además en el proceso doblé alguna que otra esquina. Es probable que algún matíz se haya perdido aunque en esencia algo de nosotros sigue estando allí, en algún lugar de aquellos veranos lejanos con ritmos lentos y cálidos comiendo sandía fresca.
Se nos acumularon las ausencias y los adioses estos meses.
Flotar consciente de tus nudos
sentir que ceden
Descubrir el cabo clave
del que partir para
des(a)nudarte
Alejó de sí las certezas descubriendo que no eran tales y agradeció que la presbicia vital viniera para quedarse.
El quiero juega con la alternativa de la negativa,
el deseo con la posibilidad del error,
el tengo con la tiranía de la culpa,
el debo con la eterna esclavitud.
Si te falta el aire no es amor,
es insuficiencia respiratoria.
Si la sensación es de mariposas en el estómago,
son gases.