Cuando las nostalgias te hablan
se sientan a tu mesa
Cuando te reconoces en sus ecos
descubres que no las echabas de menos
En los lugares conocidos
donde aún se guarda tu sombra
donde el hueco de tu espacio
no ha sido cubierto
donde el polvo de las estanterías
recuerda el tiempo de no volver
es donde regresas
tantas veces
que te sorprendes pensando
si vas o vienes
si debes estar o debes huir.
Es en esos lugares comunes
donde los días son hermanos gemelos
y algunos minutos se visten de fiesta
para que la rutina no de cabezadas.
Y es en esos momentos de calderilla
donde lo extraordinario se esconde.
Hay que pulir lo mediocre
para que una onza de originalidad
tenga su momento de gloria
Hay que abrir los ojos
para que la rutina
no sea casquivana
y te provoque una ausencia.
Ausencia de todas esas cosas
que no ves
hasta perderlas.
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