5 de agosto de 2018

No olvidar




El odio y su facilidad en aparecer.
La superioridad, ese estatus
que da la ignorancia
alimentada por el miedo
eslabón de una cadena
que nos aprieta,
nos estanca,
nos esclaviza,
nos hace tropezar,
dañarnos,
eliminarnos
una y otra vez.

Vivimos en el mundo del aquí y ahora,
de la amnesia, la asepsia,
la insensibilidad,
la desmemoria, la creencia rápida sin dudas,
en el mundo de no pensar,
de la mentira disfrazada
de una moderna post-verdad,
en el de las etiquetas,
tengo razón digas lo que digas,
en el del cállate que no sabes de lo que hablas,
el de la crispación, el odio rápido y gratuito,
en el del dolor y de la rabia que no cambia,
en el del odio que cava más honda
la zanja de la división.

La historia es esa cicatriz
que te recuerda “por ahí no”, “así no”
tiene el afán de repetirse
se empeña en gritarnos
despropósitos, odios, miedos
superioridades, ignorancias
señalados como chinchetas
en nuestros presentes calendarios.

Empeñémonos en recordar
hasta que consigamos
no volver tropezar
en las mismas traiciones.
No olvidar nunca
(N)Os lo debemos.
___
Una madrugada del 5 de agosto de hace 79 años se grabó en nuestro calendario humano como un día que no debió suceder, como tantos otros antes y después. Hoy, una madrugada hace 79 años 13 jóvenes fueron fusiladas por estar en un bando, en ese instante “no correcto”. Hace unos años decidí recordar, no olvidar y seguir en el empeño de no caer en el odio, el miedo, la ignorancia ni en el olvido.

Que sus nombres no se borren de la historia.


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