Escultura "Mujer con cajones" Salvador Dalí
En los huecos de la cordura
recolectaba briznas de serenidad
mientras el silencio acompañaba
sus suaves movimientos.
Tenía intención de acumularlas
para descubrir
qué grado de supervivencia le acompañaría
a partir del instante
en que perdiera la base de su paciencia.
La susceptibilidad se había crecido
invadiendo todo el espacio
y se sentía enfermo.
Un reconocimiento interior
hacía presagiar lo peor.
La rendición había llegado
incluso antes de la lucha.
En el castillo que construyó
para no caer
ondeaba la bandera blanca.
Pero no contó
con que los accidentes
suelen acontecer
en el terreno de lo conocido.
En un cajón olvidado encontró
un billete a su particular
reino de Oz
donde podría pedirle al mago
justo lo que necesitaba.
¿Cerebro
para racionalizarse?
¿Corazón
para quererse?
¿Valor
para levantarse?
No
Un trasplante de entusiasmo
para curarse.
2 comentarios:
Voy a buscar en los últimos cajones ;) Te he dicho que me ENCANTA leer lo que escribes??
Seguro que en algún rincón tienes escondidas muchas dosis de entusiasmo
Gracias por seguir ahí guapa. Bss
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